viernes, 27 de enero de 2012

Inflación de estilo de vida

Al hablar de inflación me refiero al gastar y gastar pensando que como tenemos el dinero o lo podemos conseguir vía tarjetas de crédito o préstamos, podemos usarlo casi sin límites y de paso olvidar que es deuda que contraemos y que en algún momento nos han de cobrar de cualquier manera. La inflación de estilo de vida afecta a la mayoría de nosotros, especialmente a los adultos jóvenes.

El gran Buckminster Fuller dijo “estamos llamados a ser los artífices del futuro, no sus víctimas”. El actual problema con el dinero es que cuando los ingresos que genera el trabajo superan a los gastos mensuales, a las necesidades vitales, entonces estamos amenazando nuestro mejor tesoro: la salud y la felicidad.

El inicio de un año es buen momento para analizar esto y sobre todo para decirnos “suficiente” y parar de comprar o de querer tener cosas sin preguntarnos si realmente las necesitamos.

Pregúntese si siente que gasta en demasía, si está contento con lo que tiene, o mejor aún, con su vida en general. Indague a fondo qué es lo que realmente le llena, le hace feliz o lo que quiere para sentirse libre de la presión de “tener” cosas para sentirse bien.

Se trata de hallar y darle un sentido y dirección a su vida. Piense ya, a los años que tiene, hacia dónde se dirige. Mírese en un espejo de 15 a 20 años adelante  y pregúntese si esa es la persona que quiere ser.

Olvídese de querer “complacer” o vivir bajo la presión de lo que otra gente, a la cual usted no le importa para nada, considera que es tener éxito en la vida. Genere usted su propia definición de éxito en la vida y sígala a toda costa. Es mucho mejor que la que otros le quisieran imponer.

En este contexto hay dos libros que siempre me han inspirado y que releo con frecuencia: Tranquilidad Financiera  (Financial Peace revisited) de Dave Ramsey y el otro se llama La bolsa o la vida (Your money or your life) de Joe Domínguez y Vicky Robins.

Ambos libros enfatizan en los aspectos emocionales y espirituales del uso del dinero. Proponen sencillas anotaciones para ser conscientes de cómo gastamos nuestra vida consumiendo, muchas veces sin sentido. 

El camino que proponen los autores es el downsizing, que consiste en reducir los gastos a la mínima expresión y mantenerlos en el nivel más bajo posible durante toda la vida. Frugalidad es la palabra mágica.

Es obvio que no podemos tener todo lo que deseamos siempre. Pero esto no significa que usted morirá en el intento a menos que no tenga otra misión en su vida.

Aprenda a contentarse con lo que tiene, a valorarlo y cuidarlo sin tener que pensar en que usted tiene que tener un Veyron o Bugatti, un yate de 5 millones, apartamento en Central Park o París y viajes anuales a Europa o a otros puntos y vivir en constante parranda vistiendo ropas, relojes o joyas carísimas.

Si esa es su concepción de ser y de vivir, tenga por seguro que jamás estará satisfecho.




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